lunes, 18 de mayo de 2015

Los "Cientificos"

Gabinete de Díaz - 1901
Uno de los grupos que mayor influencia tuvo en es entonces se trató del cual el “pueblo” designó con el nombre de “Los científicos”. Hacia 1892 el suegro del presidente Díaz, don Manuel Romero Rubio, creó la  Union Liberal con el objeto apoyar los trabajos de reelección de Díaz (la tercera consecutiva). El núcleo de la Unión se compuso por una serie de personajes de alta significación intelectual, profesional y, con el paso de los años, económica. Entre los miembros “jóvenes” de esta agrupación y que más tarde serían sus principales representantes, se encuentran Rosendo Pineda (quien entonces fungía como secretario particular de Romero Rubio), Justo Sierra,Joaquín Casasús, Roberto Núñez, Emilio Pimentel, José M. Gamboa, Fernando Duret y quien llegaría a ser no sólo la cabeza visible de ese grupo, sino también uno de los políticos más destacados y conocidos del México porfiriano: José Yves Limantour.

En realidad, este círculo comenzó a ser llamado como “científico” a partir de la muerte de Romero Rubio en 1895, cuando Limantour emergió como el líder del grupo. Además, el apodo para nada fue gratuito, y hacía referencia a la educación y métodos que trataron de implementar a la forma conducir los diversos ámbitos de las políticas públicas.
José Yves Limantour
La creencia prevalente al interior del grupo era que la paz y el progreso material de México dependía del desarrollo de su capacidad productiva y del desarrollo de su gobierno bajo líneas “científicas”. El proyecto económico que tenían para México estaba basado en el positivismo y en filosofías de darwinismo social. Influenciados por la ideología de Comte, Spencer, Mill y Durkheim, trataron de introducir una nueva era de progreso basada en la aplicación de los métodos y la disciplina de las ciencias naturales a la solución de los problemas sociales y políticos.
Los miembros de la Unión aprovecharon la coyuntura electoral para tratar de obligar a que Díaz diera su apoyo a ciertas reformas que, según su juicio, eran de urgente ejecución (como la cuestión de la vicepresidencia, en el caso de que al presidente, cada vez más viejo, se le ocurriera morir sin dejar un sucesor; o la independencia de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia). Díaz, con el tacto que le caracterizaba, dijo que sí a todas las condiciones de la Unión con tal de que se le apoyara y, cuando se reeligió nuevamente, olvidó sus promesas.
A pesar de las innegables contribuciones de los científicos en varios ramos de la administración pública —y también probablemente a causa de ello—, este grupo comenzó a verse como una camarilla cuyo único objetivo era el enriquecimiento sin límite alguno y sin importar los medios utilizados. Después de todo, el sistema económico y financiero que dio estabilidad al régimen porfiriano y lo colocó como una nación que merecía ser vista con confianza por los demás miembros del concierto de naciones, fue creado por los científicos, y fueron ellos quienes sacaron provecho de dicho sistema.



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